El dúo formado por Pat Samsone y John Stirratt siempre destacó por ese pulso melódico disfrazado de crepúsculo californiano, armonía y trazo fino, verano camuflado de apología otoñal. En sus canciones asoma el sonido de aquellas tardes de paseo de camino al molino y el traqueteo de las bicicletas al cruzar el puente de madera, el aroma de las galletas de mantequilla y los primeros bailes de verbena. El refugio tiene forma de melodías hilvanadas a mano, que caen por su propia inercia, de celebración a la luz de los farolillos. Éramos felices porque todo se reducía a dejar que la rueda siguiese girando colina abajo.
Vuelvo a poner el último disco de Samsone y y Stirrat y me transporto a aquellas jornadas de júbilo cotidiano. Recupero Once Around, que cumple estos días una década en la balda de los álbumes selectos. Me quedo a vivir en los contornos rojizos de Circles, en aquel sol dibujado en las últimas tardes de verano. Recuerdo el pase del dúo en la parte alta de Lexington en 2015, curativo y reconfortante. Salir con el regusto del triunfo logrado sin apenas esfuerzo. Recordar por qué algunos seguimos acudiendo a las salas de conciertos como si en ellas estuviese escondido el secreto de nuestra felicidad. Un deseo lejano, casi nostálgico, en tiempos pandémicos. No se desanimen: volveremos como cada año volvemos a escuchar a The Autumn Defense en los primeros días del otoño.
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