Siempre me llamaron la atención esas
canciones que pueden moldearse como un trozo de arcilla. El artista,
cual alfarero, esculpe cada día una nueva figura de cerámica, la
contempla durante un instante para, acto seguido, lanzarla de nuevo
al horno. La canción va adquiriendo con los años una silueta, una
curva perfilada por el paso del tiempo. Pero, cosas de la edad, ya
nunca logrará alcanzar una forma definida y definitiva; condenada a
vivir siempre en el limbo, a merced de un compositor incapaz de
mantenerla en pie más allá de unos pocos segundos. Claro que,
quizás por ello, el artista puede permitirse el lujo de
interpretarla una y otra vez, como si el manantial que fluye de
aquella extraña melodía nunca se agotara.
Van Morrison siempre tuvo fama de
cascarrabias y tozudo. Su mezcla de folk, soul, jazz y música celta
nunca tuvo parangón en el mundo de la música popular. Tanto que
terminó montando su posada en aquella encrucijada que él, a veces,
situaba en las praderas de Nueva Caledonia. Allí, en ese reino en el
que el tiempo avanza a pasos cortos y las canciones pueden alargarse
sin miedo a sonar pesadas, nació Street Choir, corte que cerraba el
cuarto disco del norirlandés. Una composición que habla de esas
repúblicas invisibles, de un tiempo perdido que, claro, es siempre
pasado.
'Why did you leave America?' se lamenta
Morrison en el estribillo, para terminar acusando a aquella figura
ausente de haberle dejado a solas. 'Why did you let me down?' anota en
su libreta. No, ya no puedo hacer nada para salvarte, parece decir.
Tú decidiste abandonar el paraíso, aquel castillo de ensueño en el
que las reinas gitanas y las máscaras de carnaval adornaban las
paredes; allí donde los saxofones comparten espacio con las
guitarras flamencas y los leones se convierten en cantantes.
El órgano silva de fondo, manteniendo
el pulso de una canción que podría extenderse durante siglos.
Aquellas notas de hammond, susurrantes, parecen acarrear todo un
reino a sus espaldas. Un paisaje que, como aquella pieza siempre por
esculpir, el cantante va dibujando en cada repetición del estribillo.
Trazo a trazo, como un artesano condenado a pintar el mismo retrato
una y otra vez hasta conseguir que el rey dé su aprobado. Morrison,
tozudo él, no desfallece a pesar de todo, y en esta versión de 1974
subraya su penúltima pincelada. Nunca, claro, la definitiva. No lo
olvidemos, el de Belfast siempre fue maestro en una de las artes
más infravolaradas de este mundo: el arte de la repetición.
Street choir, sing me the song for the new day
Don't make it long and remember to sing it the old way
Let it all out, let your voice ring in the street now
My fun, shall be this one to complete now
Why did you leave America?
Why did you let me down?
And now that things seem better off
Why do you come around?
In my, in my new world crystal ball
You know I just can't free you now
Well, that's not my job at all
Oh baby, magnificent flow, let it all go in the moon glow
I'll take the wine, yeah, I'll take the wine in the gravy
Well, I ask you the time and just send the bill to my baby
Why did you leave America?
Why did you let me down?
And now that things seem better off
Why do you come around?
You know I just can't free you now
In my new world crystal ball
You know I just can't free you now
Well, that's not my job at all
Why did you leave America?
Why did you let me down?
And now that things seem better off
Why do you come around?
You know I just can't see you now
In my, in my, in my new world crystal ball
You know, you know, you know, I just can't free you now
Well, that's not my job at all
You know, you know, you know, I just can't free you now
Well, that's not my job at all
Why did you leave America?
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