5/1/21

La mejor cosecha de la década


Una efeméride sin importancia: el otro día me di cuenta de que llevo diez años haciendo listas. Así en general, me refiero. De hecho antes de hacer mi primera lista de discos dudo que hubiera hecho nada parecido. Ni siquiera la lista de la compra. O una lista de buenos propósitos para el nuevo año. Recuerdo que la primera vez que alguien me pidió elegir mis diez discos favoritos estuve dos semanas dándole largas por correo. Tanto que, aún hoy, cuando me asomo de vez en cuando a aquella selección sigo dándole vueltas a si podría haber puesto este u otro o el de más allá. Lo confieso: soy de los que piensa que toda lista está condenada al fracaso.

Y sin embargo aquí estoy, haciendo una recopilación de mis álbumes favoritos de la última década. No esperen, claro, ningún tipo de justificación al respecto. O una asunción de responsabilidades. Esta lista, como todas las que he hecho durante los últimos diez años, no es más que el reconocimiento de una derrota. Y a pesar de todo estoy seguro que dentro de una década seguirá provocando las mismas dudas que me sigue generando aquella primera. Quizás esa sea la única razón de que siga haciéndolas. De alguna manera tienen el mismo encanto que las fotografías antiguas: nos recuerdan que en algún momento fuimos jóvenes y teníamos (otros) prejuicios.

Reconozcámoslo, no somos ni más sabios ni más inteligentes que hace diez años. Probablemente hayamos escuchado algunos discos más por el camino. A buen seguro que todavía no sabemos ni una pizca más sobre música -si es que tal cosa tiene sentido alguno-. Eso sí, hemos encontrado acomodo en ese espacio en el que las guitarras acústicas y las armonías soul se entrecruzan, en la sencillez del folk y en el rock rasposo de carretera. Y en él nos quedaremos durante un tiempo. Hasta que el viento cambie o nos dé por ponernos al día y subirnos a la ola de las nuevas tendencias. Sinceramente dudo mucho esto último; pero, visto lo visto, quién sabe dónde estaremos dentro de diez años.

Una cosa sí es segura: si como decíamos toda lista está condenada al fracaso, esta en concreto ya nació en ruinas. No se trata tanto de “esa extravagancia de los encuentros insólitos”, como decía un filósofo relamido que solía leer en mis años universitarios. Esa extrañeza que surge de juntar en un mismo folio a una banda del sur del Támesis con un songwriter de la ría de Bilbao. Tampoco esa risa que provoca ver codo con codo al mejor escritor de canciones del último siglo con un chaval que apenas acaba de comenzar en esto de la música. Tómenselo simplemente como una acumulación de canciones sin orden ni concierto. Unas mejores, otros peores. Al final lo importante es que todas ellas sonaron con frecuencia en casa, provocando algo que otras no hicieron. Y eso, aunque parezca poco, ha sido suficiente para que formaran parte de esta lista. Disfruten de ella tanto como yo he disfrutado -y sigo disfrutando- cada vez que acudo a alguno de estos discos.


2 comentarios:

  1. Ah, pues no está borrada. Buscando con ahínco la letra de Days of High Cotton, me apareció este blog. Gracias por publicar tu lista!!! Si queréis escuchar You call me a dog, seguro que os gusta, de los Temple of the dog. Gracias de nuevo!!

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