2/9/15

The Deslondes: todos los caminos llevan a Nueva Orleans


Tienen algo del espíritu aventurero de Woody Guthrie, aunque a ratos les guste sentarse en un porche del oeste americano a ver pasar las horas. En sus viajes por el sur han aprovechado para estudiar el libro de recetas soul de Stax y Volt. Tampoco se olvidan de la tradición blues del Mississippi, donde remojan sus melodías cada vez que la ocasión lo merece. Van sobrados de arrojo y chulería, pero siempre que pueden presumen de esa sencillez sureña. Son de Nueva Orleans, de la ciudad donde todo comienza y termina, de donde partía aquella ruta 61 que Dylan desenrrolló en su disco más asfaltado. Se hacen llamar The Deslondes y han firmado uno de los tratados de música enraizada de este 2015.

Con su sombrero calado y su camisa remangada, Sam Doores guía a este quinteto de músicos que siguen a rajatabla aquel binomio que pone nombre a una de sus canciones: simple y verdadero. Sobre todo verdadero. En un universo, el de la Americana, en el que cualquier tipo con un banjo y una barba de diseño presume de cimientos profundos, The Deslondes reivindican el material de las calles y las caminos polvorientos. Ellos que han recorrido las carreteras norteamericanas con lo puesto, que han tocado en las esquinas del French Quartet, ese distrito de Nueva Orleans en el que la competencia entre músicos por unos cuantos dólares separa a los buenos de los mejores. Ellos han conseguido mantener ese espíritu mestizo de las aceras de Lousiana, donde el blues, el country y y hasta la música cajún comparten repertorio sin complejos. Y, al mismo tiempo, tienen ese algo más que los distingue del simple músico callejero, del copista que se limita a repetir el cliché por unos cuantos céntimos debajo de los soportales de una plaza.

Coinciden en esto con Hurray For The Riff Raff, otra de las formaciones que ha demostrado que en Nueva Orleans hay algo más que jazz vieja escuela y country pantanoso. De hecho, no es raro ver a ambas formaciones gastando las mismas tablas en alguno de los escenarios del sur de Estados Unidos. Durante mucho tiempo Sam Doores y Alynda Segarra, artista detrás de Hurray For The Riff Raff, compartieron canciones y viajes en trenes destartalados. Eran tiempos en los que ambos se conformaban con pasar la gorra después de cualquier concierto improvisado en la calle. Ahora, con la experiencia que dan esas derrotas que, con los años, se convierten en lecciones de vida, han conseguido que sus voces se escuchen por encima del bullicio de las calles de Nueva Orleans.

Manteniendo, a pesar de todo, ese alma jubilosa y arrabalera, de fiesta improvisada y espectáculo ambulante. Basta oir la canción que abre The Real Deal, el debut de The Deslondes. Fought the Blues and Won suena a baile de salón, a pianola y whisky quemando el gaznate. Heavenly Home, por contraposición, recoge el espíritu de los cantos de iglesia, al igual que Still Someone. En Time To Believe In el quinteto toma prestado sin rubor el sonido del western clásico, incluyendo una letra con ecos de condena y redención. Más festiva, Louise podría haber salido de cualquier disco de Gram Parsons. Un ramalazo honky-tonk que se acelera cuando pierde parte de su nombre en Less Honkin' More Tonkin'. Todavía queda espacio en el lote para el lucimiento vocal en Low Down Soul y el lamento blues en la ya nombrada Simple and True.

Cerrando la colección, Sam Doores deja el sombrero sobre el piano y toma el sendero trazado por Randy Newman hace más de cuatro décadas. Out On The Rise suena crepuscular, suena a mecedora en la parte de atrás del rancho, a Louisiana con sus arreglos de jazz humilde, a final de una jornada de trabajo. No hay revanchismo, ni rabia. Hay recuerdos al Lower 9th Ward, el barrio en el que la formación dio sus primeros conciertos; hay celebración por una ciudad que se mantiene a pesar de los envites de la naturaleza y la rapiña de los gobernantes. NOLA, el sur del sur. En cada cruce de caminos de Estados Unidos debería haber una señal indicando su posición. Recordando que, vayas a donde vayas, todos los caminos llevan a Nueva Orleans. Como las canciones de The Deslondes.

3 comentarios:

  1. Desde luego se juntan en ellos toda lo que más me gusta de la música. Totalmente de acuerdo contigo ¡ sweet home new orleans !

    ResponderEliminar
  2. No inventan nada, pero lo hacen todo bien. Y además con ese espíritu callejero a lo Nueva Orleans. Vamos, un acierto de disco.

    ResponderEliminar